viernes, 28 de septiembre de 2012

"Después de planchar..." "Por momentos… la cotidianidad de los días asfixia a la mujer que no resuelve pesares pasados, o frustraciones presentes, ni permite grandes y eternos sueños futuros, simplemente oprime su corazón, que no deja que llore mientras cumple con una labor tan simple como estar encorvada sobre aquel burro donde plancha… sin embargo, de vez en vez, puede que todo eso que la oprime, se reduzca a una partícula de nada, cuando el amante que no admite reclamos, la toma, la sacude, la transforma en un lienzo de ocres, y naranjas, para que después de temblores de carne, de sudores, y ruidos de gargantas que gimen y cantan, ella quede, cual si fuera la ropa que plancha, tumbada ahí, en medio de la cama, extasiada, adormecida, cansada, y amada…"

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